Han pasado años desde que me planteé que sería una buena idea escribir en vez de hablar. Son años que voy almacenando, que voy guardando, sentimientos, emociones, palabras. Y ya no puedo. Ya no puedo seguir cargando, no puedo seguir postergando.
Recuerdo perfecto cuando llegamos a aquella ciudad del norte, me acuerdo muy bien la primera comida que preparé. Spaguetti al ragú. Para mí era el verdadero inicio, era nuestra verdadera llegada, nuestro inicio como familia. Era duro, pero valía toda la pena. Iniciaron tus proyectos. Cuando te despidieron de ese restaurante, cuando iniciaste tus asesorías, el Food Truck. Fui yo la que propuse hacer las recetas, fui yo la que protestó al ver que el chef hacía lo que quería con el menú. Fui yo la que cocinaba los jueves y llevaba la comida los viernes. Fui yo la que se levantaba todos los días a las 5:45 de la mañana y no paraba hasta las 9 de la noche. Fui yo la que se quedaba cuatro días a la semana sola con dos niños y resolvía. Sin carro, sin familia, sin nadie, solo iba y venía. Pero en mi mente así era, así tenía que ser, así iniciaba nuestra familia, nuestro futuro.
Esa Navidad te recuerdo hablando con todos, platicando de TUS logros, de TU Food Truck, de cómo TÚ decidiste hacer las recetas. Todo eras TÚ. Y así ha sido siempre, solo TÚ. Jamás me mencionaste. Ahí empecé a darme cuenta.
El segundo día de haber llegado a nuestro nuevo hogar choqué el carro del vecino y recuerdo tanto esa llamada. Me dijiste las peores cosas, que era una mantenida que tenía por fuerza que recurrir a él porque que iba yo a poder resolverlo sola. Esa fue una de tantas que me dijiste que yo no era la mujer de tu vida, que no sentías ninguna estima por mí. Hablaste de buscar un abogado. Fueron muchas palabras muy hirientes. No creo que te des cuenta de la magnitud de lo que sucedió ese día. Algo se murió en mí, no podrás jamás dimensionar el dolor que sentí. Ese día se me rompió literalmente el corazón. Todo el sueño, la ilusión que había formado en mi cabeza no existía, eso que yo pensaba que estábamos construyendo entre los dos no existía. Tú no lo veías. Nada era mío, todo era tuyo. Me fui a un hoyo literal. Yo creo que ahí empezó mi profunda tristeza.
Esta última Navidad fue otra experiencia. Yo siempre pensé que eras tú, que esa era tu forma de ser, que eras el difícil, el violento, que tenías mucha rabia contenida. Fue muy fuerte verte a ti en tu hermano, reaccionando exactamente igual a lo que había solo notado en tí. Mi conclusión fue que en realidad no eras tú, así los educaron, es una forma de vida. Y wooow… qué fuerte. También vi la dinámica entre tu mamá y tu papá. Y ¿sabes una cosa? No estoy dispuesta.
No estoy dispuesta a no saber cuál es tu estado de ánimo, que lo mismo me tratas de una forma cariñosa que me respondes de una manera agresiva y para ti es normal. No estoy dispuesta a no poder comunicarme contigo porque te tengo miedo. Tengo miedo a decir lo que siento o lo que pienso por no saber cómo vas a reaccionar. Sentir que me vas a destrozar aunque sea con palabras. Me haces sentir una persona que no vale, que no es inteligente, que no razona. Quieres que sea independiente a tu forma, que emprenda a tu forma, que me interese por tus cosas sin que tú te intereses por las mías.
No estoy dispuesta a hacer nada que tú no haces por mí. Yo no te puedo pedir ningún favor porque me hablas encabronado, que cómo se me ocurre a mí quitarte el tiempo a ti. Pues no estoy dispuesta a hacerlo tampoco yo. No estoy dispuesta a decirte cuál es mi plan del día, a dónde fui o a dónde voy si yo no puedo preguntar lo mismo. No me preguntes si te amo o te deseo cuando minutos antes me hiciste algún comentario hiriente o agresivo.
Soy una persona inteligente y capaz de tomar decisiones a favor de su familia. No estoy dispuesta a que me hagas pensar o sentir lo contrario. Tengo mis propios sueños, anhelos e ilusiones y estoy dispuesta a cumplirlos de la mejor manera. No estoy dispuesta a vivir en incongruencia. Hoy sí, mañana quién sabe.
“Hasta que no vacíes tu alma de aquello que te atormente, no podrás llenarla de aquello que te hará feliz…”
Es por eso que lo escribo. Necesito sacarlo, necesito expresarlo.
20 de marzo de 2023










